Parece algo que se repite cada día en el mundo automotriz,
nuevos anuncios de marcas que abrazan el camino de la electrificación con brazos
abiertos, incluso los fabricantes pequeños como Volvo.
La compañía sueca propiedad del grupo chino Zhejiang Geely
ha confirmado que a partir del 2030 no venderá vehículos de combustión interna
en ningún mercado, pues están seguros que sus clientes no querrán este tipo de
vehículos para entonces.
Volvo planea tener toda una nueva gama de modelos eléctricos
e híbridos para el 2025, estrategia que ha comenzado con el lanzamiento del
C40, una SUV eléctrica con un rango de 420 kilómetros por carga, mismo que será
ampliado mediante actualizaciones inalámbricas, como lo hace actualmente Tesla.
Otras marcas pequeñas de lujo como Jaguar, Land Rover y
Bentley también han anunciado que todos sus vehículos serán eléctricos para el
2030.
El CEO de Volvo, Hakan Samuelsson, cree que si bien estos
cambios afectarán la cadena de proveeduría desapareciendo las plantas de
motores y proveedores de componentes para el tren motriz tradicional, no habrá una
diferencia tan grande en empleos. Otros líderes de la industria han apuntado a
que los proveedores enfrentan una carrera contrarreloj para adaptarse a estos
cambios, diversificarse o cambiar totalmente su modelo de negocio.
Volvo ha declaro también que a pesar de estos cambios, sus
clientes con vehículos de combustión interna seguirán obteniendo servicios y
ayuda de su red de proveedores global.