Taiwán, 24 de febrero.- La recuperación de la industria
automotriz a nivel global está amenazada por el desabasto de semiconductores,
provocado por el incremento en la demanda de estos componentes para
electrodomésticos, equipos electrónicos personales y otros dispositivos durante
la pandemia de COVID-19.
En México este problema ya había llevado algunas armadoras a
disminuir producción o parar operaciones, como la planta de GM en San Luis
Potosí, que busca reiniciar operaciones a mediados de marzo. Por si fuera poco,
la industria nacional recién se vio parada por la tormenta invernal de la
semana previa.
Y ahora, el problema podría ser aún mayor. Taiwán es uno de
los principales fabricantes de semiconductores en el mundo, y en días pasados
recibió peticiones de países como Estados Unidos y Alemania para ayudar a
aliviar el desabasto. Para hacerlo, fábricas de chips como las de TSMC (Taiwan
Semiconductor Manufacturing Co) en Taiwán necesitan agua, mucha agua. El
líquido se usa en la fundición del silicio en estos componentes y justo ahora
hay un desabasto de agua en la isla asiática.
Desde esta semana, Taiwán ha reducido el suministro de agua
en las zonas industriales del centro y sur del país debido a que las reservas están
debajo de un 20% de su capacidad gracias a una temporada de lluvias y
tifones inusualmente tranquila el verano pasado. La reducción en el
suministro para las compañías será de hasta 11%, y con la temporada de
lluvias aún lejos por algunos meses, el agua podría hacerse más escasa.
El fabricante más grande del mundo y proveedor de compañías
como Apple, TSMC, piensa aliviar esta necesidad comprando pipas de agua
para sus plantas alrededor del país. La medida es de precaución, pues hasta
ahora el suministro de agua no ha afectado la producción, que necesita
crecer para proveer la demanda del sector automotriz global.