En un esfuerzo para mitigar la
propagación de la COVID-19, trabajadores y compañías implementaron un flujo
laboral basado en el distanciamiento social, que trajo cambios que garantizaron
la operación, mismos que podrían quedarse de forma definitiva.
La pandemia dejó en claro que la digitalización lo cambió todo, desde el método
con el que se contrata a los empleados, hasta la forma en que se desarrollará
el talento humano.
El
Covid-19 no cambió las funciones elementales de Recursos Humano (RH), sino la
manera en la que sus capacidades se orientan. Ha sido un proceso de continuos
ajustes que van desde la adopción definitiva de herramientas digitales, obtener
material médico de primera mano, hasta el asesoramiento psicológico a los
empleados, porque la meta es garantizar la permanencia del trabajador.
Para frenar una fuga de empleados,
RH debe fortalecer la relación con la plantilla, gracias a una participación
más activa del departamento con la generación de proyectos de carreras o
crecimiento laboral, atención a necesidades personalizadas
y, en general, la implementación de una cultura laboral enfocada en el
bienestar de las personas.
La creación de un ecosistema laboral
de confort es otra forma de afianzar la fidelidad del empleado.
La comodidad empieza desde los uniformes que se usan en planta hasta los
instrumentos que se brindan para el trabajo remoto. Con tal estrategia, la responsabilidad de RH es custodiar que
dichos beneficios sean rentables y utilitarios para la compañía.
Al
trabajo presencial se le añaden nuevas capas de dificultad, sobre todo en
fábricas. La misión consiste en organizar
estratégicamente los espacios para evitar la acumulación de personal,
establecer filtros de sanitización y asegurar el abastecimiento constante de
insumos médicos básicos como gel antibacterial o cubrebocas.
Por
otro lado, un tema importante es la salud mental. La Facultad de Psicología de
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reveló el 75% de la fuerza
laboral en México padece de tecnoestrés, cifra que se triplicó desde el inicio
del confinamiento social. La UNAM
recomienda a las empresas establecer programas de contención emocional y
detección de cambios en la conducta.
La
suma de todos estos cambios provocará que el área sea aún más estratégica con
el presupuesto para 2021. Por ello, el
departamento de Recursos Humanos se convertirá en la entidad clave para diagnosticar qué
es lo más rentable para las finanzas de la empresa y reducir la posibilidad de
un percance económico en el futuro.
Ninguna
empresa es ajena a esta crisis mundial y sus efectos, independientemente del
giro o industria a la que pertenezcan. Es una vulnerabilidad general que
recuerda a las compañías la importancia de optimizar
los distintos cometidos de Recursos Humanos para asegurar la sostenibilidad de
sus negocios.