Aunque un resultado final, y legal, parece estar a semanas
de distancia, el virtual Presidente Electo de los Estados Unidos de América,
Joe Biden, demostró tener el apoyo de los principales estados automotrices
de la unión americana, como Michigan, y California (con Tesla como
representante).
Durante su campaña, Biden también hizo gala de ciertas políticas y
propuestas que impactan a la industria automotriz de los Estados Unidos, y por
ende, a la de toda la región, incluido México. Analicemos algunas de ellas.
1.- LA ELECTROMOVILIDAD SE VERÁ IMPULSADA
Joe Biden es un amante de los autos. Su auto favorito es el
Corvette, pero su favoritismo a partir de enero de 2021 cuando tome la presidencia
será para aquellos fabricantes que piensen en vehículos eléctricos. Hace
tan solo una semana, Herbert Diess, CEO de Volkswagen, mencionó que un
triunfo demócrata estaría alineado con la estrategia de la compañía de combatir
el cambio climático y volverse eléctricos.
La Factory Zero, de General Motors, nuevas fábricas de Tesla
y las incursiones eléctricas de otros OEM podrán generar nuevos empleos e
inversiones de plantas armadoras y proveedores a mediano plazo en los Estados
Unidos, a medida que las ventas y la competencia en este mercado se
acelera. Y aunque Biden promete que la mayoría de los trabajos se quedarán en
su país, la estrecha relación entre las cadenas de suministro de México y el
vecino del norte hace que cualquier nueva inversión del otro lado genere
inversiones colaterales en nuestro país.
Deducciones de impuestos para aquellos que compren vehículos
eléctricos y una mayor red de carga eléctrica para autos son otras de las cosas
que se esperan. Por otro lado, la aplicación de reglas para vehículos de
cero-emisiones en California y otros estados de la unión americana volverán
con fuerza con Biden. Ahora se espera que enfrenten penalidades costosas si
no cumplen con las nuevas reglas de eficiencia de combustible que podrían
aparecer (más de un 5% de reducción de emisiones de dióxido de carbono entre
2022 y 2025).
2.- LOS EMPLEOS
Los dos partidos de los Estados Unidos pudieron completar y
poner en marcha el T-MEC (USMCA), pero no sin una ardua pelea demócrata por imponer
ciertas condiciones laborales para la región. Biden busca impulsar estas
medidas para revitalizar el empleo y añadir un millón de empleos en la
industria automotriz estadounidense, fortaleciendo también a los sindicatos
laborales del sector.
En México, el reto por jugar bajo estas nuevas reglas será
mucho más difícil, pues conseguir que el salario mínimo de 16 USD/hr para al
menos un 40% de los trabajadores según el costo final de un auto sea redituable
parece una tarea lejana aún. También falta una extensa labor de compliance, reorganización
y profesionalización de los sindicatos en México para garantizar un ambiente de
paz laboral sin controversias que puedan afectar el comercio del país con
sus socios de la región.
3.- GUERRA COMERCIAL Y EL TPP
Aunque Joe Biden no fue muy claro durante su campaña en
cuanto a qué haría para ganar la guerra comercial con China, se sabe que no es
partidario de las excesivas restricciones de Donald Trump con el país asiático.
La Organización Mundial de Comercio cree que Biden podría permitir un flujo
controlado de bienes chinos a los Estados Unidos y buscar unirse al acuerdo
Trans-Pacífico del que Canadá y México forman parte.
Para México, es difícil decir qué efecto tendría una
relación menos agresiva entre China y USA, pero no se espera que termine el
nearshoring y la atracción de inversión China para poder localizar más las
cadenas de suministro (una de las grandes lecciones que ha dejado la
pandemia)
QUIZÁS NO SUCEDA TAN PRONTO
Aunque Joe Biden es el virtual presidente electo, la
división en el senado y el congreso estadounidense no favorece a las políticas
demócratas, y a menos que Biden tome el camino de Trump y use excesivamente
las órdenes ejecutivas, sus políticas en el sector automotriz y otros
sectores podrán verse frenadas.
Lo que es seguro, es que ahora los diferentes estados de
la unión americana tendrán una mayor libertad para ejercer o no estas políticas
localmente, y el gobierno de Biden tendrá la oportunidad de dejar las
bases para un cambio más profundo en un segundo periodo (aunque ha declarado no tener la intención de reelegirse debido a su edad), o para quien sea
que pueda reemplazarlo en 2024.
¿Entonces, qué pasará con México? A pesar de los
cambios políticos, el T-MEC y sus reglas dan una gran certeza al rumbo que
tomarán las inversiones del sector automotriz en México, a nosotros nos toca
apegarnos y adaptarnos a cumplir con ellas para así disfrutar de sus beneficios
al cien por ciento. Hay aún capacidad instalada en México por utilizar y mercado inmobiliario industrial disponible y en movimiento.
Recientemente, Larry Rubin, Embajador de CONCAMIN en USA, comentó lo siguiente a Cluster Industrial sobre los posibles efectos de los resultados de esta elección sobre el T-MEC: "No importa quién gane la presidencia, la realidad es que la sinergia entre los países y las instituciones como CONCAMIN, NAM y CAME aglutina a miles de empresarios y aunque cambien las prioridades políticas, los gobiernos deberán seguir escuchando a los industriales pues de ellos depende si las energías renovables o los autos eléctricos se venden o no, si harán las innovaciones e inversiones necesarias para posicionar estos productos y servicios más favorables a nuestro planeta y cumplir los objetivos de la ONU al 2030".
Quizás los mayores retos bilaterales con el triunfo de
Biden vendrán en la materia energética, pero ese es un tema que abordaremos a
profundidad en otra ocasión.
Actualizado: 04:37 pm, 09/11/20.