Por David Montaudon,
Gerente de Comunicación de Hannover Fairs México
Tan solo una década
atrás, todos los estudios que median la denominada “brecha digital”
consideraban el acceso a Internet, la capacidad de adquirir hardware como
computadoras, tablets y smartphones, así como la división generacional y la
diferencia salarial entre países, como las variables más importantes para medir
este fenómeno único del siglo XXI.
En la actualidad, las
variables de la brecha digital están cambiando a medida que la vertiginosa
evolución, innovación y acceso tecnológico sobrepasan las capacidades de los
gobiernos, industrias y ciudadanos del mundo para adaptar y utilizar la
tecnología a su favor, evidenciado un
problema de mayor dimensión, mucho más complejo y multifactorial que va
desde cuestiones como la infraestructura, la accesibilidad y el conocimiento,
hasta la aceptación cultural y la disponibilidad de contenido relevante "glocalizado".
Gracias a que en los
últimos 20 años se han realizado gigantescas inversiones en infraestructura
digital alrededor del mundo, hoy, pasamos de casi cero al 55% de la población
mundial que ahora cuenta con una conexión fija de Internet, donde el 87% de los
hogares en los países desarrollados tiene acceso a este servicio, 47% en los
países en desarrollo y 19% en los países en vías de desarrollo, según la
UNESCO. En total, 3.7 mil millones de personas alrededor del mundo aún no
cuentan con acceso a Internet a través de una conexión fija.
No obstante, el acceso a
smartphones y la cobertura de Internet móvil a nivel mundial ha crecido a
niveles inimaginables, tanto así, que el porcentaje de personas que pueden
acceder a Internet a través de su celular es mayor al de personas que tienen
acceso a agua, electricidad o servicios sanitarios básicos, es decir, el 97% de
la población mundial ya puede acceder a la tecnología 3G y 4G según revela el
último estudio de GSMA; solo en 2018, 300 millones de personas se conectaron a
través del Internet móvil por primera vez en sus vidas.
A medida que la
humanidad se acerca al punto de saturación en el acceso a las tecnologías de información
y comunicación, se hace más evidente el nacimiento de una nueva gama de
subniveles "suaves" que componen la nueva brecha digital, donde el impacto en
la vida diaria gracias al acceso masivo e ilimitado de información, y los
problemas que esto acarrea, nos afectan más que el acceso o carencia
tecnológica física (hardware) per se.
Actualmente, el uso
inteligente de los datos se ha convertido en la nueva materia prima que impulsa
la innovación y el crecimiento del sector público y privado mundial. Ahora, el
gran problema ya no es la falta de información para la toma de decisiones, sino
la falta de capacidad para procesarla y discernirla correctamente en tiempo
real. De hecho, según el World Economic Forum, a partir de este año, la
humanidad ya genera más información que el número de estrellas observables en
el universo (44 zettabytes).
Para ponerlo en
perspectiva, cada minuto en Internet se producen 3.8 millones de búsquedas en
Google, se envían 188 millones de correos electrónicos, se consumen 694 mil
horas de programación de Netflix y 4.5 millones de videos en YouTube, se bajan
390 mil Apps, se gastan 996 mil dólares en compras online, se crean 41.6
millones de mensajes en Whats App, 87,500 tuits, se realizan 347,222 scrolls en Instagram y 1.4 millones de swipes en Tinder.
Esta situación comienza
a crear un abismo entorno a las habilidades digitales, en la banda ancha y
procesamiento de los dispositivos móviles, la ciberseguridad y la aversión para
emprender cambios abruptos, redireccionando el debate de la nueva brecha
digital sobre la alfabetización digital y la necesidad del 'uso útil'
de la tecnología.
Para la UNESCO, la
alfabetización digital es la capacidad de acceder, gestionar, comprender,
integrar, comunicar, evaluar y crear información de forma segura y adecuada a
través de tecnologías digitales para generar más empleo, más trabajos
especializados y mejor pagados, así como para fomentar el espíritu empresarial.
Con la aparición,
difusión y rápida adopción de las tecnologías de producción digital avanzada de
la Industria 4.0 como la Inteligencia Artificial, Big Data, Cloud Computing,
Machine Learning, el Internet de las Cosas, Robótica y Manufactura Aditiva,
entre muchas otras, el impacto en el futuro de los trabajos es inminente, donde
el aumento en la demanda por nuevas habilidades digitales pasará a ser un
factor determinante sobre el tipo de trabajos que estarán disponibles y las
personas que podrán llevarlos a cabo.
De esta forma, vemos que
la brecha digital entre generaciones digitales nativas como la generación Z o
la generación Y, entre la generación X y los baby boomers, se desdibuja cada
vez más debido a las capacidades digitales, tanto en países desarrollados como en
vías de desarrollo.
Un estudio de la Unión
Internacional de Telecomunicaciones reveló que en los países de bajos ingresos,
solo el 32% cuenta con habilidades digitales básicas como copiar, pegar y
enviar correos. En los países de mayores ingresos la tasa ronda el 62% y
disminuye a 44% para aquella parte de la población con habilidades digitales
standard como el uso de tablas de Excel y presentaciones de Power Point. Solo
el un tercio del 1% de la población mundial sabe codificar el lenguaje de las
maquinas.
Por otro lado, la OCDE
estima que el 14% de los trabajos en los países miembros podrá ser automatizado
en los siguientes años, mientras que otro 32% estará en riesgo de ser
parcialmente automatizado, por lo que uno de cada dos personas se verá afectada
por los cambios tecnológicos de alguna forma. A pesar de ello, esta situación
acarrea muchas oportunidades también.
Como vimos con la
llegada de la PC, entre 1980 y 2015, esta tecnología desplazó a 3.5 millones de
personas de sus empleos en EE. UU., pero creó al mismo tiempo 19.2 millones de
nuevos trabajos (McKinsey). Lo mismo está sucediendo ahora, a medida que
desaparecen empleos fáciles de automatizar, se crean nuevos empleos basados en
la creatividad y habilidades digitales como analistas de datos, desarrolladores
de APPs, managers de redes sociales, especialistas en ciberseguridad y
arquitectos para el Internet de las Cosas, entre muchos otros.
Esta situación se ha
acelerado más con la llegada del COVID-19. Debido a que el 70% de los países
enfrentaron el confinamiento en sus hogares la primera mitad del año, el
aumento del teletrabajo impulsó el uso del Internet en el mismo porcentaje, el
uso de la PC en 40%, mientras que el uso de herramientas colaborativas creció
más de 600% (Microsoft).
Esta tendencia solo
aumentará en los siguientes años. Por ello, hoy es indudable la necesidad de
acelerar la digitalización, contar con una mayor conectividad, aumentar la
inclusión digital y el desarrollo de la alfabetización digital transversal para
todos los gobiernos, empresas y sociedades en el mundo.
Para ayudar con la
enorme y apremiante tarea de la alfabetización digital en México, Industrial
Transformation México, la Hannover Messe de México y América Latina, realizará
la primera exhibición en Realidad Virtual para la Industria 4.0 en el país del
28 al 30 de octubre de 2020, donde todos sus visitantes podrán acceder al
programa educativo 'Futuristc Minds' y a las conferencias dedicados a impulsar
la digitalización de las empresas y RR. HH.
Para más información
visita: https://industrialtransformation.mx/