Expertos y académicos se reunieron en el Ciclo de
Conferencias CLAUGTO para dar la charla T-MEC y Compliance, el impacto en la
industria automotriz, para analizar la importancia de contar con una estrategia
de compliance que le permita a las empresas del sector automotriz prevenir y
demostrar estar preparados ante posibles escenarios legales con las nuevas
normatividades de los acuerdos internacionales en cuanto a sindicatos,
contenido laboral y corrupción o prácticas indebidas.
Los participantes, presentados por la Universidad de Celaya,
fueron: la Lic. Iliana Martínez, Ex Directora Jurídica y Relaciones con
Gobierno de General Motors; el Lic. Carlos Monroy, Director de Legal,
Relaciones con Gobierno y Control Interno en Mazda Motor de México; y el Mtro.
José López del Castillo, Doctor en Gobernanza Global y Estado de Derecho por la
Universidad de Salamanca.
Los conferencistas explicaron que uno de los principales
dilemas del actual T-MEC es que para la resolución de conflictos respecto a
normativas laborales no se requiere de instancias jurídicas para activar el
mecanismo de respuesta rápida en México, cosa que no es igual para el caso de
Canadá o Estados Unidos. José López del Castillo mencionó que ya se están dando
visitas de inspectores de Estados Unidos a algunas compañías en México, lo que
nos pone en un lugar poco favorecedor. Otro punto de cuidado está en los
sindicatos, pues depende de las empresas y los asesores trabajar con ellos para
asegurarse que las prácticas sean transparentes y cumplan con los nuevos
compromisos del T-MEC.
Por su parte, Iliana Martínez detalló que otras normativas
como las de propiedad industrial se han actualizado desde hace tiempo y
mecanismos como los de anticorrupción aún tienen objetivos por cumplir, además
existe una nueva Ley de Infraestructura de la Calidad que tiene actualizaciones
en cuanto a aspectos de metrología muy importantes para las empresas del sector
automotriz nacional.
Por otro lado, José López del Castillo llamó a hacer una
revisión como país y como estado en el aspecto normativo y preguntar al sector
privado si está preparado para estos retos, pues, por ejemplo, México se
encontraba en 2019 en el puesto 130 del mundo en percepción de la corrupción,
muy por debajo del promedio de los países con los que nuestro país participa en
acuerdos comerciales internacionales.
Además, explicó que la estructura del compliance se compone
de 3 partes, la obligación ética y moral entre el sector público y el sector
privado. Esta obligación, para el gobierno, es lo que se llama el Informe No Financiero,
donde las empresas hablan de políticas de no acoso sexual, de inclusión, etcétera.
López del Castillo interpreta que vamos a tener una reforma en la ley general
de sociedades mercantiles al respecto, ya que en México solo las empresas que
cotizan en la bolsa están obligadas a presentar este informe.
El compliance es un traje hecho a la medida de cada empresa,
porque se tiene que ajustar a la entidad por completo. Aunque sea la misma
actividad se tienen riesgos injerencias diferentes, y al final deben ajustarse
estos programas a la empresa. Es decir, una empresa que tiene un programa de
compliance, en caso de verse involucrada en una investigación, será valorada
por el juez y aquella empresa con una política de compliance tendrá un debido
control y posibilidad de eximir su responsabilidad porque ha trabajado para
prevenir dichas situaciones. En un sector tan dinámico e integrado como el
automotriz se necesitan cadenas seguridad íntegras para minimizar riesgos.
Finalmente, Carlos Monroy, de Mazda comentó que debemos
hacer muchas cosas internamente y con los proveedores, pero también con el gobierno
federal. Se debe trabajar más de la mano para evitar desequilibrios e
injusticias en los procesos como los de resoluciones rápidas de controversias
en el T-MEC. Las empresas del sector siguen estudiando las reglamentaciones
uniformes porque faltan conocer algunas metodologías de cálculo. Además,
comentó que con el compliance se cambia el paradigma de cómo funciona la
industria de una parte normativa a una parte preventiva. El sector automotriz
debe reforzar los temas preventivos y el compliance al final es rentable aunque
no lo sea de forma inmediata.