Si bien el pronóstico de
la economía mexicana para este año es devastador, ciertas tendencias indican
que ya se tocó fondo y que en los siguientes meses la recuperación económica se
continuará. La confianza del consumidor mexicano tiene una evolución creciente
desde mayo. En junio y julio se recuperaron las exportaciones a niveles de
enero según el INEGI. Los datos de la producción industrial cada vez más se
acercan a los del 2019 en la comparativa mensual. La exportación de vehículos
ligeros en julio fue mayor que en enero y diciembre pasado. El índice
manufacturero de EUA, según IHS Markit, superó niveles de enero y febrero de
este año lo cual tendrá un efecto positivo para México. La demanda de EUA con
su política anti-China puede favorecer y fortalecer aún más las exportaciones
mexicanas en los siguientes trimestres.
En temas de
competitividad hay realidades en las que empresas mexicanas empeoran y más en
escenario de crisis. México recién se ubicó en lugar 53 en competitividad
global (según el ranking 2020 de la universidad suiza IMD), perdiendo tres
lugares. En temas del marco institucional México sale hasta en el lugar 58, en
infraestructura tecnológica en el lugar 57, y su peor calificación tiene en la
educación ubicada en el lugar 62 en el mundo. Italia y España tienen retos
similares porque no han podido modernizar y fortalecer su economía.
Si nos vamos a nivel
estatal Nuevo León, CDMX, Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes y Coahuila
siguen siendo los estados más competitivos generando empleos formales. Pero
considero que estos estados no se deben comparar con otros estados mexicanos.
Se deben comparar con Texas, la Lomardía, el País Basco, Ulsan en Corea del
Sur, o con el país número uno en competitividad (según el World Economic
Forum), que es Singapur. México debe seguir apostando al desarrollo de la
industria 4.0 y seguir conectando las PyMEs estatales con las cadenas globales
de valor. Más del 90% de las PyMEs mexicanas aún no participan en las cadenas
globales de valor, pero esto sería un pilar de crecimiento brutal para la
macroeconomía. Por eso, las empresas mexicanas deben mejorar sus prácticas de
comercialización y exportación. Es esencial robustecer la macroeconomía y la
inversión nacional y la IED para México. Además, México tiene que fortalecer la
microeconomía mexicana en su esencia.
Cuatro medidas que
pueden ayudar a México:
1. Fomentar la relación
con los empresarios y hacer mejor mancuerna. Ejecutar el compromiso que haya
una inversión nacional de ambos, del gobierno y de la iniciativa privada. Dejar
por seis semanas las transmisiones mañaneras y ponerse a implementar las
acciones.
2. Apoyos a las empresas
(en especial a las PyMEs) de acceso rápido a crédito con tasas razonables. En
Alemania duró cuatro días hábiles y las empresas tenían acceso a liquidez para
asegurar y mantener su inversión en el capital de trabajo durante la crisis.
3. Hacer Benchmarking y
fortalecer las relaciones internacionales con Estados Unidos y Alemania. Con
mucho sentido de urgencia implementar el T-MEC. Una cosa es tener el acuerdo y
otra cosa es aprovecharlo.
4. Fortalecer las PyMEs
con formación enfocada de mejorar sus modelos de negocios y modelos
financieros, hacerlas más competitivas.
Este es un llamado a
México a aumentar su competitividad y recuperar el crecimiento en 2021. La
agilidad en la toma de decisión, un nuevo mindset y la transformación digital
van a ser las ventajas competitivas dentro del futuro ámbito empresarial.
Este y otros temas serán
abordados en Industrial Transformation México virtual 2020, la Hannover Messe
en México y América Latina, del 28 al 30 de octubre de 2020. Regístrate sin
costo en: www.industrialtransformation.mx
Por Thomas Michael Hogg