Gracias a la
interconexión inteligente de la Plataforma Electrónica de Chasis (ECP) de Audi,
los chasis son capaces de desplegar todo su potencial a través del dispositivo
electromecánico de estabilización activa del balanceo (eAWS), la suspensión
activa predictiva y la dirección dinámica a las cuatro ruedas (DAS). Y para el
Audi e-tron, se utiliza el sistema integrado de control de frenos (iBRS) que se
convertirá en la tercera variable en el desarrollo del chasis.
Actualmente, la marca
está desarrollando un procesador para vehículo que será claramente más potente
que la actual Plataforma Electrónica del Chasis (ECP) y controlará casi todas
las funciones de la dinámica longitudinal, transversal y vertical. Funcionará
10 veces más rápido que los sistemas actuales y podrá controlar hasta 90
funciones, en comparación con las 20 que es capaz de gestionar la actual ECP.
Otra novedad será su capacidad modular para funcionar con diversos tipos de sistemas
de propulsión: vehículos eléctricos, híbridos o con motor de combustión, así
como de tracción delantera, total o trasera para modelos eléctricos. Mediante
el control electrónico inteligente, el desarrollo de la tecnología del chasis
en Audi impulsa la interconexión de los componentes mecatrónicos individuales y
las funciones del vehículo.
Un ejemplo que ilustra
perfectamente el enorme esfuerzo que Audi invierte en el diseño técnico del
chasis es el sistema electrónico de estabilización del balanceo de los Audi SQ7
y SQ8, que puede desplegar todo su potencial gracias a la interconexión
inteligente. En estos SUV grandes se reducen al mínimo los movimientos de la
carrocería en curva y en cambios de carga. Además, el sistema proporciona unas
capacidades de dinámica transversal sorprendentemente altas y una excepcional
experiencia de conducción.
Además, Audi está
trabajando en el sistema integrado de control de frenos (integrated Brake
Control System iBRS) de los modelos e-tron que ilustra la creciente
interconexión entre la tecnología del chasis y del sistema de propulsión. El
iBRS es el primero en combinar tres tipos diferentes de recuperación: la manual
en retención mediante las levas de cambio; la automática en retención mediante
el asistente de eficiencia predictiva; y la recuperación en frenada con una
transición suave entre la desaceleración eléctrica e hidráulica. El Audi e-tron
desacelera exclusivamente con los motores eléctricos, sin utilizar el freno
convencional, lo que ocurre en más del 90 % de las ocasiones. Como resultado,
prácticamente todas las maniobras normales de frenado proporcionan energía a la
batería.
Gracias a este nuevo
concepto de accionamiento electrohidráulico de los frenos, del que Audi es
pionera en el mundo en un automóvil eléctrico de producción, el conductor no
percibe la transición desde la fase de recuperación con freno eléctrico
mediante los motores hasta el frenado convencional por fricción del sistema
hidráulico.