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Cluster Industrial - Lo que la pandemia nos dejó, según AMEDIRH

Lo que la pandemia nos dejó, según AMEDIRH

Escrito por Cluster Industrial

Capital humano 27/07/2020 13:15

A través del siguiente boletín, la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (AMEDIRH) compartió su opinión sobre el panorama laboral y humano que se vive con respecto al COVID-19.

Hoy sabemos que la pandemia está lejos de acabar, pero es un hecho que este primer trimestre de confinamiento nos ha cambiado enormemente. 'Lo que está por verse es en qué direcciones se encauzarán los cambios', sostuvo Mauricio Reynoso, director general de AMEDIRH.

 

Entre el 1 de enero -cuando la OMS creó un equipo para atender el brote de un nuevo coronavirus en China- y el 23 de marzo, cuando inició la Jornada Nacional de Sana Distancia en México, la emergencia sanitaria fue vista en general como un problema demasiado remoto como para afectarnos. Hoy sabemos que en un mundo globalizado las distancias son relativas y que así se trate de un virus informático o de uno que ataque nuestros sistemas circulatorios y respiratorios, el lugar de origen es lo de menos: de no tomarse medidas oportunas, pronto estará en cualquier lugar del planeta.

 

El largo cierre de empresas no esenciales ha tenido profundas consecuencias económicas y de índole personal. En el primer sentido, miles de emprendedores han visto arruinada su inversión y, al cerrarse negocios, millones de personas han perdido empleos que no volverán ni siquiera cuando se logre controlar la pandemia. Por otra parte, al reducirse los canales de consumo convencionales, algunas personas han comenzado a adquirir nuevos hábitos. La consultora Nielsen ha identificado 6 etapas del comportamiento del consumidor que se relacionan directamente con el COVID-19:

 

1.         Compras proactivas para la salud.

2.         Gestión reactiva de la salud.

3.         Preparación de la despensa.

4.         Preparación para la vida en cuarentena.

5.         Vida restringida.

6.         Vivir una nueva normalidad.

 

Así, por ejemplo, los productos que han tenido un mayor dinamismo de valor son atún enlatado, aromatizantes, limpiadores líquidos, frijoles procesados y no procesados, puré/caldo de tomate y cubrebocas.

 

Una de las tendencias más marcadas en los ámbitos laboral, escolar y de entretenimiento es el uso de las opciones en línea. Millones de personas fueron enviadas a trabajar desde su casa y los últimos meses han sido una intensa jornada de aprendizaje de nuevas herramientas. 'Sin embargo, esta alternativa es tan eficiente como la calidad de la red y lo cierto es que muchas zonas adolecen de graves problemas de conectividad, cuando no carecen por completo de ella', apuntó Mauricio Reynoso.

 

El experimento de trabajo remoto (home office) ha despertado en empleadores y colaboradores la inquietud de convertirlo en una opción permanente. 'Esto traerá repercusiones como mejores tecnologías de apoyo, rediseño de los espacios domésticos, nuevas dinámicas familiares y una drástica caída en la demanda de oficinas, con la consecuente crisis en el sector de bienes raíces', señala el directivo de AMEDIRH.

 

El confinamiento también ha acelerado el cambio tecnológico hacia el e-commerce, creando un auge de compras en línea. Mercado Libre ya ha triplicado sus transacciones respecto al año anterior y se pronostica que el comercio electrónico tendrá un crecimiento de 60 % en México este año.

 

Por otra parte, la pandemia ha traído consigo una combinación de miedo y confusión. Desde enero, cuando comenzó a hablarse del nuevo patógeno, la información sobre su gravedad, difusión y síntomas se ha ido actualizando de manera lenta e inconsistente.

 

'En los meses siguientes, lo que sabemos sobre la pandemia no siempre ha emanado de centros de investigación o agencias oficiales de salud, por lo que abundan rumores y la desconfianza, problemas muy difíciles de resolver', acotó Mauricio Reynoso.

 

También hay que decir que, durante los primeros meses de esta crisis global, ha quedado en evidencia que las personas que desempeñan los trabajos indispensables –como la atención a la salud y el bienestar social– no disfrutan de las mejores condiciones laborales. Ante discrepancias como estas, algunas personas aseguran que han revalorado a sus familias y sus amigos frente a empleos demasiado abrumadores o demandantes.

 

En un artículo titulado The Anti-Wartime Economy, el economista James Meadway advierte que, a diferencia de la producción masiva con la que se reactivaron los países tras las guerras mundiales, la actual crisis sanitaria exige reducir la producción.

 

'Se trata, sin duda, de una propuesta muy provocadora que contrasta con la intuición de la mayoría de las empresas, pero conviene considerarla dado que, como lo señala el autor, no atravesamos por una mera crisis financiera, sino una profunda disrupción de los componentes esenciales de la vida económica y social', concluyó el Director General de AMEDIRH.

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