Lunes, 13 de julio. – Este lunes, el primer ministro de
Canadá, Justin Trudeau, pidió a Donald Trump que los Estados Unidos reconsidere
los planes para reimponer tarifas al aluminio canadiense, ya que esto afectaría
el excelente inicio que ha tenido el nuevo T-MEC.
Reportes recientes indican que Trump ha vuelto a considerar
el imponer aranceles al aluminio tanto canadiense como mexicano debido a la
sobre-existencia de aluminio chino en el mercado que vuelto a elevar el precio
del aluminio en un 6.7% de junio a julio.
A pesar de que las normativas del T-MEC buscan proteger y
privilegiar a los productores regionales de aluminio y asegurar una proveeduría
de aluminio en las cadenas de suministro de los tres países, la demanda de
aluminio se está recuperando mucho más rápido en China que en el resto del
mundo, provocando que los compradores chinos buscaran en el extranjero. Según
Reuters, las importaciones de aluminio de China en Norteamérica alcanzaron las
100 mil toneladas solo en mayo. Esto pudo haber ayudado a que los precios del
aluminio subieran de $1,477.50 /t el 1 de mayo a $ 1540.00/t el 1 de junio.
La administración de Trump ya había impuesto aranceles del
10% a las importaciones de aluminio primario, junto con aranceles del 25% a las
importaciones de acero, en 2018. Canadá y México obtuvieron exenciones de los
aranceles en 2019 como parte de las negociaciones del T-MEC.
Ya existía preocupación por un aumento en las exportaciones
de aluminio de Canadá y México cuando el T-MEC entró en vigor el 1 de julio por
lo que se podrían volver a considerar las sanciones de la Sección 232 respecto
al aluminio.
En respuesta, Bob Weidner, presidente y CEO del Instituto de
Centros de Servicios de Metales (MSCI), escribió a Trump y Trudeau, pidiéndoles
que no impongan sanciones ni candados al aluminio. Weidner argumentó que los
socios comerciales de la región deberían estar exentos, ya que esta relación
beneficia a las economías del T-MEC.
Trudeau también señaló que Estados Unidos no produce
suficiente aluminio para satisfacer sus necesidades de fabricación. Los
aranceles solo se traducirán en un aumento de los costos de fabricación, lo que
finalmente perjudicará a la economía estadounidense.