No es ningún secreto que la pandemia por COVID-19, además de golpear la salud global, provocó que la economía de todos los países se sacudiera.
Algunos países están retomando sus actividades poco a poco, como es el caso de China, mientras que algunos otros se plantean hacerlo pronto o esperar un poco más.
En general, dentro de la economía mundial, resultan particularmente relevantes las actividades de China y Estados Unidos, ya que la economía de muchos países se encuentra muy enlazada a la de ellos. Pero con la situación actual, resulta especialmente importante, no perder de vista lo que ocurre con estas dos potencias. Al principio de esta semana el índice CSI300 de China perdió un 0,6%; en el caso de Estados Unidos, el Dow Jones cerró con una caída del 1,3%.
Aunque por ahora parezca prevalecer la incertidumbre, hay datos que pueden orientarnos al optimismo, aunque naturalmente, después de detener a la industria detenida por un mes y en algunos casos más, habrán consecuencias. En este momento, solo tenemos como referencia el caso de China, cuya economía en enero y febrero se contrajo un 21%, derivando en una contracción del 79% en las ventas de automóviles; mientras que en México se estima una caída del 25% de las ventas.
En el caso de China, después de casi tres meses de cuarentena, el aislamiento fue deshaciéndose lentamente y la recuperación de las ventas ha aumentado de manera paralela también. En México, el confinamiento hasta ahora, se tiene contemplado por un perido más reducido y como es de esperarse, si se mantiene así, las afectaciones serían menores.
Ahora nos están llegando las primeras noticias de lo que pasa en China, nuestro punto de referencia. En un inicio se pensaba que las ventas se congelarían por un tiempo incluso por algunos días posteriores al fin de la cuarentena, pero lo que está pasando es que muchas personas están optando por el uso de vehículos privados, ya que representan un medio de transporte más seguro, fuera de los focos rojos del transporte público.
Es pronto para asegurar que esto se traducirá en que las familias adquieran otro vehículo, pero no es disparatado pensar que será así. En la Asociación de Concesionarios china se indica que se recuperaron en torno al 66% previos a la crisis y aunque es precipitado sacar conclusiones, esta cifra parece ser positiva.
Cabe destacar que la industria automotriz china pidió ayudas públicas, como apoyo a las ventas en las zonas rurales y reducción de impuestos de los autos más pequeños. Apesar de que actualmente no hay incentivos a nivel estatal, hay ayudas a la compra fomentadas a nivel local y regional, sobre todo en donde la industria es más fuerte: Guangzhou, en el sur, o Ningbo, en el este.
Para México no basta el ejemplo de China, porque aunque puede funcionar como guía, todavía debe de tomar en cuenta el factor Estados Unidos. Se estima que la contracción del PIB del país vecino sea de 5.5%, lo que dejaría a México con un desplome del 9.5%. Es necesario considerar que la afectación del PIB de Estados Unidos, también podría derivar en un desplome de la demanda de manufacturas, la cual ya estaba afectada por la cadena de valor con China.
Desde hace algunos días, existe el debate de si México debería de considerar la industria automotriz como esencial o no; más recientemente, distintos representantes del sector comenzaron a pedir que sí se le considere esencial y Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, autorizó que la industria arranque de tres a cinco días después que en Estados Unidos.
Aunque la declaración del presidente Andres Manuel, representa un avance para el sector, no es el panorama ideal, ya que en los otros dos países que conforman el Tratado de Libre de Comercio (Estados Unidos y Canadá), sí está considerada como esencial y esto representa una desventaja.
Por otro lado, en el país vecino, el 4 de mayo es considerado por muchas marcas como fecha tentativa para reanudar actividades, por lo que quizás México no vaya tan atrás después de todo.