Mientras varios fabricantes de autos planean reiniciar operaciones en sus plantas chinas, el gobierno la provincia de Hubei, donde se originó el coronavirus, ha sellado un decreto para retrasar cualquier trabajo hasta el 21 de febrero.
En 2017, el crecimiento de la industria automotriz en China parecía imparable, todas las OEM buscaban su pedazo del pastel más grande en el mercado global y la idea es que esta sería la tendencia inamovible. Hoy, China enfrenta una caída de 2 años seguidos en el mercado automotriz, y 2020 no será distinto.
La crisis del COVID-19, conocido simplemente como coronavirus es más seria de lo pensado, y el hecho de que haya surgido en Wuhan, en la provincia de Hubei lo hace mucho peor. El 10% de la actividad y producción automotriz de China se realiza en esta provincia, la principal afectada con más de 40 mil portadores del virus.
La respuesta, si bien rápida, ha sido insuficiente. Las OEM y empresas Tier ubicadas en la región han suspendido operaciones (con algunas incluso confirmando tener colaboradores con el virus), primero durante los asuetos extendidos del nuevo año chino, y ahora lo harán hasta el próximo 21 de febrero, al menos.
El gobierno de la provincia de Hubei ha decretado que todo trabajo no esencial queda pospuesto hasta esa fecha, es decir, todo trabajo no relacionado al sector médico, de manufactura de equipo médico y farmacéutico, comida y servicios básicos.
Tan solo en enero, se atribuye una caída de 18% a las ventas de autos en China, comparadas con 2019, un año que también presentó caídas, pero a un solo dígito. Se espera que el primer cuatrimestre del año presente un declive de hasta 40% y de 60% en volumen de producción de autos, según la firma de investigación Jefferies. Este duro golpe hará muy difícil que el mercado chino regrese a su ritmo de hace tres años, quizás hasta bien entrado el 2021.
Originalmente, las plantas como Honda, regresarían a operar el 14 de febrero. De hecho, el fabricante japonés planea iniciar en esa fecha en sus tres plantas de Wuhan, así como Ford y GM. Pero aún no hay respuesta de estos fabricantes sobre el decreto provincial.
El efecto ya se ha sentido en toda la región asiática, y la planta más grande del mundo por volumen de producción, la de Hyundai en Ulsan paró su producción de 1.6 millones de autos por año durante varios días debido a la interrupción de la cadena automotriz en Asia.
Más allá de las noticias conspiranóicas que rodean al brote del coronavirus, la realidad es que el mercado automotriz está siendo afectada por una guerra entre operar en medio de una crisis sanitaria o dejar que un mercado en caída se desplome durante al menos 12 meses. ¿Cómo escalará la situación a otros continentes del mundo? Esa debería ser nuestra preocupación actual.