Con el fantasma de las nuevas reglas de origen bajo el T-MEC
convirtiéndose en una realidad para la que la industria automotriz mexicana ha
comenzado a prepararse (o preocuparse), el nuevo acuerdo de comercio entre Estados
Unidos y Japón, vigente desde el 1 de enero de 2020, ha cambiado una vez
más las reglas del juego, sobre todo para los japoneses.
Básicamente, Japón usaba a México en el TLCAN como un
salto para los aranceles presentes al exportar directamente a los Estados
Unidos, pero ahora debería brincarse nuestro país e importar y exportar al
vecino del norte directamente. Incluso cuando existe una posibilidad de pasar
por aranceles de hasta 25% en automóviles. El despacho de abogados estadounidense
Duane Morris lo explica así:
Para recibir los beneficios del acuerdo entre EE. UU. Y
Japón, un bien debe ser 'originario' y cumplir con todos los demás
requisitos establecidos en el acuerdo y las disposiciones legales y
reglamentarias aplicables.
El Anexo II del acuerdo contiene las reglas de origen
utilizadas para determinar si un bien califica para un trato preferencial bajo
el acuerdo. En otras palabras, ¿el bien 'se origina' como un producto
de Japón o de los Estados Unidos?
Como era cierto bajo el TLCAN y su sucesor, el T-MEC, se
debe cumplir con el cambio de tarifas para los materiales no originarios.
Además, cuando sea necesario, se deben cumplir los umbrales de valor regional.
Se agregará una nueva Nota general 36 a las Listas de tarifas armonizadas de
los Estados Unidos (HTSUS) e incluirá los requisitos del acuerdo.
En general, para reclamar un trato arancelario
preferencial según el acuerdo, se deben cumplir los siguientes requisitos.
El país de origen debe ser Japón.
El país de exportación debe ser Japón.
Una vez programado en el sistema electrónico de Aduanas
(ACE), el indicador de programa especial 'JP' debe colocarse antes
del número de tarifa elegible para realizar el reclamo.
Tenga en cuenta que las solicitudes de tratamiento preferencial
según el acuerdo no están exentas de la tarifa de procesamiento de mercancías
(MPF).
Japón está ahora a la espera de una segunda ronda de
negociaciones con Trump, para saber si la amenaza de tarifas a cambio de una
apertura en productos agrícolas y servicios financieros es real o cambiará
con las negociaciones de la guerra comercial entre EUA y China que tendrán
lugar el próximo 15 de enero.
Lo cierto es que, con la amenaza de una guerra con Irán,
el juicio de destitución y el T-MEC como temas prioritarios, la mente de
Trump no estará muy ocupada con los temas japoneses. Mientras tanto, las OEMs y
autoparteras niponas aún deben asegurarse de poder llegar a la meta de un 75%
de contenido regional en sus operaciones en Norteamérica, al igual que todas
las demás empresas del sector.