A las 5 PM del 19 de diciembre, hora central de México, la
Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó con 385 votos a favor y
41 en contra el T-MEC que reemplazará al TLC entre aquel país, México y Canadá.
Justo en el juicio político de impeachment para Donald
Trump, se ha aprobado uno de sus grandes objetivos, la consecución del T-MEC
(llamado también USMCA en EUA). México había ratificado el acuerdo desde junio,
pero para pasar a ser aprobado tuvo que sufrir modificaciones, las cuales
fueron aprobadas y firmadas en el Palacio Nacional en Ciudad de México, la
semana pasada.
Ahora, el único paso que queda hacia la ratificación total
del T-MEC es su aprobación por el Senado, el cual está integrado en su mayoría
por senadores republicanos a favor de Trump. Aunque estos estarán enfocados por
el momento, según algunos senadores, al juicio político contra el presidente de
los Estados Unidos.
Nancy Pelosi dejó atrás las diferencias y permitió esta victoria
a Trump sabiendo que el juicio político se llevaría a cabo y que el T-MEC con
sus modificaciones trerá beneficios a las familias de su país y todo
Norteamérica.
El T-MEC tiene normas mucho más estrictas en cuanto a temas
laborales (40 a 45% del contenido debe provenir de áreas productivas con
sueldos de más de 16 dólares la hora) y de contenido regional (de 62.5 a 75%) en
la industria automotriz que supondrán un difícil reto a la industria en México,
pero al mismo tiempo ofrecen certidumbre y una oportunidad de 1.2 trillones de
dólares en intercambios comerciales anuales en la región.
La oficina de presupuestos del Congreso de los Estados
Unidos estima que las empresas automotrices que no se adecuen a las nuevas normas
pagarán en conjunto 3 mil millones de dólares más en tarifas por no alcanzar
los porcentajes establecidos.