Aunque es bastante difícil que terminemos el año con un
T-MEC ratificado por México, Estados Unidos y Canadá debido al estancamiento
que ha permitido la Cámara de Representantes de EUA, con Nancy Pelosi al frente,
tanto Trump como los negociadores mexicanos mantienen la esperanza.
El pasado sábado 7 de diciembre, la administración de Trump
envió cambios a la Cámara de Representantes en torno a las normas sindicales y
de controversias laborales, la norma de contenido regional, que define que un
75% del contenido de los automóviles producidos en cada país provenga de la
región; y un requerimiento de que un 50% de cualquier automóvil producido en
Norteamérica sea estadounidense, lo que dificultaría la manufactura a México y
Canadá pero beneficiaría a los Estados Unidos.
Otro de los puntos a favor del vecino del norte sería el
requerimiento de que el 70% del acero y aluminio comprado en la región provenga
de los Estados Unidos.
Por su parte, la postura mexicana ha rechazado estos
cambios, además de que no admitirá la verificación externa del cumplimiento de
las leyes laborales en territorio nacional, pero sí se aceptarán paneles
paritarios con expertos y un tercero autónomo respecto a ambos países. Marcelo
Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores, aseguró que el 90% o más del
acuerdo no debe sufrir cambios.
Hoy lunes, 9 de diciembre, el presidente Andrés Manuel López
Obrador dijo en su conferencia matutina que 'es el momento de aprobar el T-MEC',
y pidió a Nancy Pelosi que aprueben el tratado antes de que den inicio las
campañas políticas para la presidencia de los Estados Unidos.