Para analizar lo que viene, tenemos que comprender el pasado. Dejamos esta década pero traemos con ella disruptores importantísimos en la industria automotriz y el sector de movilidad, impulsados por el cambio tecnológico, la aparición de redes inteligentes, aplicaciones y automóviles eléctricos de venta masiva.
Hemos vivido una década de cambios culturales y tecnológicos agresivos. Durante la época de la recesión que terminó la década de los 2000's, poco se hablaba del término movilidad fuera del sector de transporte público urbano. Hoy, Uber, DiDi, BEAT, Lyft, entre muchísimas otras plataformas han creado una red privada e inteligente que dejó en el suelo a los antiguos servicios de taxis.
Uber se fundó en 2009, de hecho, pero fue hasta la
masificación de las generaciones actuales de smartphones que su negocio creció e
incluso ya está teniendo una pérdida potencial para los 2020's si no se renuevan.
Así, en menos de diez años, los gigantes pueden crearse y caer, con esto
ejemplificamos la volatilidad del sector de movilidad.
Otro disruptor fue por supuesto, Tesla y Elon Musk. El CEO
superestrella no creo Tesla solo, pero sí lo catapultó a ser el mayor vendedor
de autos eléctricos en el mundo, y con tecnologías mucho más avanzadas que el
resto de las OEM's. El avance en vehículos autónomos puede adjudicarse casi
exclusivamente a esta compañía americana que le hizo frente a todo Detroit por
sí sola.
En el nivel de cadena de proveeduría, las compañías como Tesla han encontrado un gran apoyo en la aparición de compañías como Velodyne o el trabajo de la francesa Valeo para la investigación, desarrollo y aplicación de sensores de LIDAR: Light Detection and Ranging. Estos productos permiten a los vehículos determinar la distancia a objetos, superficies u otros autos utilizando una pulsación de láser.
Todo esto llegó en los 2010's e impulsó la
aplicación de big data en las computadoras de la industria automotriz para
poder manejar la enorme cantidad de información que los autos de hoy en día
procesan. Este quizás sea uno de los últimos disruptores de la década, pero es
uno de los más prometedores para la siguiente.
Esta cantidad de información y énfasis en la digitalización
cambió a la industria automotriz de la mano de aplicaciones como Android Auto y
Apple CarPlay, que se han vuelto comunes en modelos de automóviles de los
últimos años. Tanto, que incluso Google y Apple buscaron en esta década entrar
de lleno a la industria e impulsar movilidad autónoma, aunque el éxito que
puedan tener está por verse en los 2020's.
En el centro de la industria automotriz, los OEM's pasaron a
lanzar cada vez menos sedanes en favor de SUV’s, con una estabilidad en
vehículos compactos, lo que creó el híbrido crossover, que combina lo mejor de
los dos tipos de modelos más rentables. Al pasar la recesión de 2008-2009,
Ford, GM, comenzaron a desarrollar crossovers y hoy ya están produciendo
modelos eléctricos de este tipo, como el Mustang Mach-e que detallamos en la edición de diciembre de Auto Icónico, próxima a publicarse en línea.
Otros disruptores vinieron en la forma de políticos. Trump
tomó la presidencia de los Estados Unidos esta década y con ello se intensificó
la guerra comercial, las tensiones en cuestión de emisiones, las tarifas en
aceros automotrices e importación de vehículos y un dramático proceso hacia la
ratificación de un nuevo acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y
Canadá. Todo esto con efectos muy palpables en la industria automotriz
nacional, que al final de 2020 enfrenta una caída sostenida de 30 meses en sus
indicadores de producción y ventas.
Encuentra más contenidos como estos en nuestra edición digital de diciembre 2019.