Argentina sigue teniendo serios problemas en su economía, provocando que la industria automotriz reconsidere
las inversiones que tenían planeadas en dicho país.
El caso más reciente es el de Mercedes-Benz, quien en 1951 puso su primera planta fuera de
Alemania en la provincia de la ciudad de Buenos Aires, en una época en la
que Argentina vivía un crecimiento económico que prometía convertirlo en un
país de primer mundo en ese mismo siglo. Esto nunca sucedió.
Ahora, la planta de
Santa Isabel, Córdoba, donde la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi fabrica
la Nissan Frontier, ha suspendido una inversión de $600 millones
de dólares que se usaría en la producción de su nueva pick up clase X.
En la fábrica cordobesa también se proyecta que arranque la
producción de la Renault Alaskan, aunque
este proyecto está detenido por las
mismas razones de estabilidad económica.
Mercedes-Benz mismo confirmó que la decisión se debe al
panorama económico tan complicado que atraviesa el país sudamericano, y que ya
le ha costado grandes recortes en
producción automotriz y en plantillas laborales.
La fabricación que se haría en alianza con Nissan y Renault cayó por la suba del dólar y los cambios en
los costos de producción. Mercedes-Benz analizó el negocio y su alineación con
los socios colaboradores y tomó la decisión de cancelarlo.
El proyecto de inversión en alianza contemplaba la
fabricación de 70 mil unidades
anuales de la pick up clase X.