El Acuerdo de
Complementación Económica No. 55 (ACE 55), que permite que Brasil y México
comercialicen vehículos y autopartes libres de impuestos, terminará el 19 de marzo, a cuatro años de haberse prorrogado, y Jair
Bolsonaro comienza a presionar para que este no se renueve si no presenta
mayores beneficios para su país.
En 2015, Ildefonso Guajardo, entonces secretario de
Economía, promulgó cambios para que la distribución de cuotas quedara 30% en el importador y 70% en el exportador,
permitiendo comercializar hasta 1,704
millones de dólares desde marzo de 2018 hasta la finalización del acuerdo.
Un 46% del comercio
entre ambos países está representado por el sector automotriz, por lo que es muy probable que Bolsonaro solo esté amenazando
para incrementar sus beneficios en el acuerdo, puesto que una cancelación
podría traer peores consecuencias económicas a su país que a México, según
expertos.
El ACE 55 está inscrito en la Asociación Latinoamericana de
Integración (ALADI) y presenta una ganancia muy importante para los fabricantes
alemanes con presencia en ambos países, como BMW, Mercedes-Benz y Volkswagen; este último importa autopartes
hechas en Brasil para ensamblaje en su planta de Puebla.
Aunque el estilo Trump de negociación tuvo su peso en la
firma del acuerdo T-MEC en Norteamérica, será mucho más difícil para Bolsonaro
presionar a México para cambiar las cuotas en beneficio de Brasil. A tres meses
de la renovación, modificación o cancelación del ACE 55, queda poco tiempo para que el mandatario brasileño pueda cumplir sus
amenazas.