El grupo inmobiliario chino Evergrande, el tercero más
grande del gigante asiático, ha
adquirido el 51% del casi difunto Saab, a través de su división del sector
salud Evergrande Health, en búsqueda de diversificar
aún más su portafolio de negocios.
Hui Ka-yan, fundador del grupo chino, decidió aprovechar el
movimiento para ser parte del enorme mercado de vehículos eléctricos de Asia. Fueron $930 millones de dólares los
invertidos en la adquisición de la mayoría de las acciones de NEVS (National Electric Vehicle Sweden),
quienes absorbieron las instalaciones de
Saab tras su bancarrota en 2012.
NEVS transformó la fábrica de Trollhättan, Suecia, en una
planta de autos eléctricos, pero no pudo
integrar los derechos de marca ni logotipos de Saab en sus modelos, basados
en la serie 9-3, la última de la firma sueca antes de su desastre financiero.
En 2017, al ser NEVS propiedad parcial del gobierno de
Tianjin, al noreste chino, comenzó a operar una segunda planta en esa misma
municipalidad con una capacidad de producción de hasta 50 mil unidades eléctricas.
El acuerdo entre ambos se suma al rescate de la startup estadounidense de coches
eléctricos Faraday Future, que Evergrande
busca adquirir por 2 mil millones de dólares, pero que hasta ahora no ha
conseguido.
El plan de Evergrande
es sumar ambas compañías para conseguir una gran rebanada del pastel
asiático de electrificación automotriz, que compañías como GAC han tomado con gran
éxito internacional.
El primer fruto de
estos movimientos podría ser un crossover eléctrico, el 9-3X EV, que
comenzará a producirse en Tianjin durante este año, con un posible debut en
Europa como parte de los planes de expansión del grupo Evergrande.